Los ojos amenazaron con dejar caer lagrimas, pero en un esfuerzo aquel momento fue pausado. Refregando los ojos era mejor seguir caminando sin dejar nada expuesto ante la mirada de la gente. La cabeza era un desastre, pues las dudas eran alborotadas mientras el frío comenzaba jugar con las pestañas y enrojecer las manos.
Sin querer empezó a creer que ella era un problema, que a pesar de no hacer ni mucho ni poco ni nada, estaba entrometida en una historia que no era la suya. Sólo quería un compañero de aventuras, salir a crear recuerdos y a pasar el rato, sólo eso sin más-ella pensó- Ahora había que leer lo que estaba en letra chica, releerlas con cuidado.
Ah si! hay algo más, hace unos días empezó a codiciar las sorpresas, mimos, canticos y florecillas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario