Siempre que veo las películas de Krzysztof Kieślowski algo de mi parece enmudecer, muy quieta cayendo en un ensimismamiento. Con el tiempo y a medida que veía sus diferentes obras me iba preguntando que tenían todas en común y que las hacia tan peculiares, de esa manera lo primero que pude notar es la perfecta sincronía de cada una de las escenas con la música, si la música de Zbigniew Preisner que me deja helada. Este compositor y músico ha participado en casi todas las obras del director, es como la carta asegurada y devoto de confianza.
Esta escena se gana toda mi admiración e ilustra la perfecta composición y mezcla de Preisner & Kieślowski
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