Miradas hacia el cielo, miradas hacia el futuro, fortunio bajo lo astral, la fe más allá de los dados del destino. En su momento parece todo gozar de la fuerza necesaria, la lucidez, la danza de la voluntad y el nacer de un espíritu en lucha. Nada iba a adivinar que en segundos podría dictarse la sentencia de muerte, la destrucción de la estrella y que por sólo segundos imaginé que nada existía.
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